Queridos niños, respetados convecinos.
En la primavera el ánade salvaje vuelve a su tierra para las nupcias. Nada ni nadie podrá detenerlo: Si le cortan las alas irá a nado; si le cortan las patas se impulsará con el pico, como un remo en la corriente. Ese viaje es su razón de ser.
En el otoño de mi vida, yo debería ser un escéptico y en cierto modo… Lo soy. El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero; pero de algo estoy seguro, si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad.
luns, 24 de maio de 2010
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